Eran las ocho y diez de la tarde y Lobo, sentado en el asiento del autobús número 7 de camino a casa, continuaba recibiendo e-mails en su móvil. El pitido inconfundible de que aún no se ha acabado el trabajo, aunque su cuerpo ya se había alejado de la oficina. Estaba intentando ignorar la necesidad de abrirlos y echarles una ojeada cuando, de repente, un dulzón olor a menta le despejó y despertó su curiosidad. Provenía del asiento de la fila de atrás. Sin poder evitarlo, discretamente, echó la mirada hacia esos labios, finos, pero no demasiado, redondeados y delineados marcaban una bonita forma en la comisura, se movían de forma rítmica, acompasada, acompañados por pequeñas exhalaciones mentoladas. Parecía que rumiaban, por lo bajo, el día de mierda que también habían tenido, las discusiones y las disculpas impuestas, el café de máquina y el bocadillo a medio comer.
Lobo no podía disimular, quizás el cansancio y el movimiento arrullador del bus eran la excusa perfecta. No quería dejar de mirar aquella boca que, sin proponérselo, había captado su atención.
Hay diferentes especies dentro de género Mentha. Las más utilizadas a día de hoy son lo que conocemos como menta (Mentha piperita, M. viridis, M. spicata…), poleo (Mentha pulegium) y hierbabuena (Mentha sativa). Es difícil diferenciar en textos históricos la variedad a la que se hace referencia, aunque todas ellas tienen propiedades similares.
La Mentha tiene muchos usos y propiedades; favorece la digestión, refresca el aliento, es descongestionante, tiene efecto tónico… Contiene un aceite esencial llamado mentol que se puede utilizar como un estimulante suave del sistema nervioso por lo que tiene fama de ser un estimulante sexual.
En la antigüedad fue muy utilizada en filtros y pociones de amor. Su fama hizo que en tiempos de guerra se prohibiera su cultivo y su consumo para evitar distracciones amorosas.
Aristóteles (384-322 a.C.) en su libro Problemas menciona el proverbio «No comas menta en las guerras, ni la plantes» ya que se creía que su efecto podía afectar al coraje en la batalla.
La primera referencia científica se la debemos a Dioscórides, galeno y farmacólogo que vivió en el siglo I, autor De materia medica.
Dioscórides indica que la menta incita a los placeres amorosos, aunque también puede actuar como abortivo, ya que tenía la reputación de volver estériles a las mujeres.
A partir del siglo XIII empieza a ser utilizada como un alimento medicinal. Estaba generalizada la idea de que la digestión era como una cocción. La menta, así como muchos otros condimentos autóctonos, se consideraba caliente y seca con lo que su adicción a los platos ayudaba a equilibrar su posible frialdad y ayudaba a cocerlos.
Aldebrandin de Siena escribe en su Régimen del cuerpo (1256) que la menta, al igual que otras especias, ayuda a confortar el estómago y el cuerpo.
En un último apunte histórico del siglo XVI sobre la hierbabuena, Alonso de Herrera en un libro sobre agricultura, vuelve a apuntar la idea ya citada de Aristóteles de que incrementa mucho la lujuria, continúa alertando a las embarazadas por su uso, ya que puede causar abortos y lo más curioso, es que añade, su posible uso como anticonceptivo:
«Majada y puesta por bajo, impide que la mujer se empreñe, poniéndola por bajo una hora antes del ayuntamiento.»
Se dice que Shakespeare se refería a ella como un estimulante para los caballeros de mediana edad, pero no he encontrado una referencia fiable al respecto.
Visto lo visto, hay algunos datos que pueden dar a pensar de sus efectos afrodisíacos. Evidentemente una tisana de menta no tiene mucho de erótico pero después de un día agotador un masaje con su esencia puede ayudar a tonificarnos para lo que surja y si lo acompañamos de un mojito ya mejora bastante el panorama. Por si os apetece, os dejo un enlace.
Se cree que el origen del mojito data del sXVI en Cuba. Lo popularizó Ernest Hemingway, quien lo bebía diariamente en La Bodeguita del Medio y donde primero se empezó a comercializar.
Hay mucha leyenda urbana sobre el poder excitante de la menta en las mujeres. En algún que otro lugar, he leído que hace años se hizo popular un combinado de batido de vainilla com peppermint que servía para poner a tono a las chicas, supongo que por aquella época yo todavía jugaba con muñecas, si es que había nacido.
En el blog Yo fui a EGB he descubierto que había un combinado de los 80 que se llamaba vaca verde, ahora entiendo lo de la botella de peppermint en el mueble bar de casa de mis padres, pillines…
Quizás la propiedad que más puede ayudarnos en nuestro menester es la de generar sensación de frío. El mentol es responsable de enfriar la piel, se puede utilizar para aumentar la sensibilidad e intensificar las sensaciones aunque, en grandes cantidades, puede provocar sensación de quemadura o dolor. Preservativos, lubricantes y cremas con efecto frío utilizan el mentol en su composición.
Si no disponemos de estos productos quizás el remedio más socorrido es el del chicle o el caramelito de menta, como el compañer@ de viaje de Lobo. Un lametón en algún que otro sitio seguro que nos transmite un fresquito muy agradecido con estos calores.
González Vera, A. de Uña y Villamediana Á.; Influencia de los afrodisiacos y el erotismo en la gastronomía, Volumen 49 de Cuadernos de Aragón, Institución «Fernando el Católico».
Font Quer, P.; Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. Ed Península.
Flandrin, J.L. y Montanari, M; Historia de la alimentación. Ed Trea, 2004.
http://historsex.blogspot.com.es/2015/02/comida-afrodisiaca-en-la-antiguedad.html
http://yofuiaegb.com/diez-combinados-olvidados-de-los-ochenta-lo-que-pedias-en-la-discoteca/
http://www.quo.es/ser-humano/vademecum-de-la-cosmetica-sexual
http://www.sexologicos.com/la-menta-es-afrodisiaca/
http://www.abuelacebolleta.com/wp-content/uploads/2012/10/menta.jpg
http://www.historiacocina.com/es/historia-de-la-menta.
http://www.taringa.net/posts/recetas-y-cocina/17821695/Versiones-de-Mojito.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Mojito
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